22 feb 2010

Taste in men

No tener una relación hasta encontrar paz conmigo es una de las decisiones más maduras que he tomado. Incluso me sorprendí a mi misma siendo fiel a mi nueva filosofía rechazando la proposición de un hombre bastante atractivo. Pienso seguir sola un buen rato, por que la verdad tener pareja solo me complica la vida. Necesito entenderme mejor. Necesito tiempo para mí. Necesito controlar mi neurosis, mi paranoia y mi obsesión-compulsión.

De cualquier forma, tenía pensada esta entrada para San Valentín y fantasear un rato no es ningún crimen. Una lectora y amiga me dijo que siente curiosidad sobre que clase de hombre que me gusta. ¿Que me gusta en un hombre? Si una no es aunque sea un poco exigente termina con un tarado hijo de puta. Mis únicas dos parejas han sido completamente opuestas y la verdad, a la hora de la hora, me vuelvo flexible y estúpida cuando estoy enamorada.

Comienzo el inventario de mi hombre perfecto con hombres que me gustan mucho. A todas nos gusta Brad Pitt, pero eso no dice nada sobre gustos personales, por que lo raro sería lo contrario. Así que muestro a continuación a aquellos hombres que si bien no son tan universalmente guapos muestran las características físicas que generalmente me atraen.


Evidentemente existen algunas diferencias obvias entre los sujetos de las fotografías, pero si miran con atención la mayoría se parece de alguna manera. En cuestiones físicas la división mas importante es por el tipo de mirada: La penetrante (1-7) y la dulce (8-14).

"N" era del primer grupo y Christian del segundo. "N" era alto, delgado y anguloso, de piel pálida, cabello cobrizo y lacio, siempre inmaculado. Christian era bajito, macizo, de piel bronce y cabello negro, ondulado y desprolijo. Distintos como la noche y el día, y aún así, los dos me parecían encantadores. El hombre perfecto para mí tendrá rasgos similares a los de las fotos, pero ignoro a cual de los dos grupos pertenecerá.

Y si las fotos no son suficientemente claras, aqui va mi lista de caracteristicas físicas deseables en el sexo opuesto:

-Dientes. Soy fetichista dental, juzgo por los dientes, que no tienen por que ser perfectos, simplemente armónicos. En esta categoría incluyo la la higiene (aliento). Sin excepción. Ej. "The Rock"

-Boca. Aquí ya hago excepciones, es un plus. Me gustan las bocas largas, de labios delgados y sonrisas burlonas o de ladito. Ej. Paul Bettany

-Nariz. Las narices grandes, largas, afiladas y en algunos casos extrañas me encantan, me resultan más interesantes que una pequeña y perfecta. Ej. Daniel Day Lewis

-Ojos. Ya les expliqué lo de las miradas, el color da igual. Pero cualquiera que sea, debe tener bonitas cejas encima, marcadas y rectas. Ej. Trent Reznor

-Rostro. Lampiño, con algunas rarísimas excepciones. Afilado, otro vicio prescindible. Ej. Gaspard Ulliel

-Piel. Ok, sin afán de sonar racista o algo así, prefiero a los hombres de mi tono o mas claros. Y los tatuajes, la verdad, me dan ganas de lamerlos. Ej. Robbie Williams

-Marcas. Tengo una extraña obsesion con las cicatrices, quemaduras y marcas de acné. En muchos casos me resulta sexy, no me pregunten por que. Por lo demás no me fijo a menos que sea una verruga, alergia continua o un lunar con pelos. Ej. Joaquin Phoenix

-Cabello. Lo unico que no soporto son los rizos, el pelo planchado y los tintes. El color no es relevante. En cuanto al corte y el largo, depende mucho de cada persona, aunque prefiero el cabello sin ningún fijador. Ej. Ville Valo

-Vello. Odio el pelo en la nariz, orejas o uniceja. En el resto del cuerpo, con moderación. El unico vello en el torso que me gusta es el que va del ombligo para abajo y hasta ese hay que mantenerlo de un largo prudente, lo mismo las axilas (tijeras, señores). Ej. Jackson Rathbone

-Mas alto que yo. Yo mido 1.73 y amo usar tacones de 8 cm. No es discriminación, pero si son mas bajitos suelen acomplejarse. Eso sí, que camine derecho (buena postura), los hombres altos tienen la mala costumbre de caminar como Homo Habilis. Ej. Vince Vaughn

-Delgado. Marcado y musculoso es pedir demasiado. Me conformo con la delgadez. Ej. Matthew Gray Gubler

-Manos y pies grandes. Odio los dedos rechonchos como salchichas de coctel y las diminutas francamente dan entre miedo y asco. Aunque nervudos y huesudos, me gustan las manos y pies largos. Ej. Nick Cave

-Espalda. Un triangulo invertido: Ancho de hombros, estrecho de caderas. Es el equivalente al reloj de arena que los hombres buscan en una mujer. Odio tener que decirselos, pero sí, las mujeres sí nos fijamos en su trasero, por escaso que sea. Ej. Robert Pattison

-Voz. La incluyo en lo físico por que depende del cuerpo. Con que no tenga voz de pito es ganancia. Pero si la tiene grave, ronca, profunda o al menos agradable de escuchar, mucho mejor. Ej. Brendan Fraser

-Mayor que yo. Es un hecho, los hombres maduran menos rápido que las mujeres, asi que con alguien mayor, al menos estaremos iguales.

-Limpio. Uñas cortas y limpias, que huela bien (Axe no miente, las mujeres somos muy susceptibles al aroma), que vigile su aseo personal. No pido un metrosexual, simplemente una persona con buena higiene.

-Buen gusto. La ropa habla de nuestros gustos, no tiene por que ser cara (mi mejor ropa es usada). Simplemente tiene que decirme algo de él.

"N" era serio, nervioso, frío, metódico y obsesivamente limpio. Estudiaba diseño gráfico, amaba a Escher, la música electrónica, las comodidades, la velocidad y la ropa cara e inmaculada. Christian era sensible, gentil, alegre, paciente, hiperactivo y desordenado. Leía a Bakunin, quería ser sociologo, escuchaba punk, se reía con la lucha libre, usaba ropa vieja, arrugada y muchas veces sucia y odiaba el sistema.

Somos la uniòn de cuerpo, mente y alma, así que aqui va lo más importante para mí: el contenido. Estas son las características mentales y emocionales que adoro en un hombre.

-Amor a los animales. Fundamental. Si prefiere a los perros, mejor.
-Sentido del humor. Que me haga reir y se ría conmigo
-Elocuencia. Buena retórica y dicción.
-Inteligencia. Lógico, con sentido común, sensato.
-Cultura. Sin caer en lo pretencioso.
-Espiritual. Que valore su vida, a las personas y las pequeñas cosas.
-Bondadoso. Gentil, agradecido, humilde.
-Agradable. Ocurrente, ingenioso, divertido.
-Sincero. Que sea coherente, leal.
-Atento. Que sepa actuar con cortesía.
-Madurez. Estable, paciente, comprensivo, perseverante.
-Integridad moral. Autorespeto, honestidad.
-Nobleza. Que sepa perdonar y olvidar.
-Apasionado. Detallista, que demuestre lo que siente.
-Valor. Que no desista, que no tenga miedo de tratar.
-Fidelidad. Que se comprometa y cumpla sus promesas
-Sabiduría. Que aprenda de sus errores, no que les tema.

Esto es lo que ODIO: terco, orgulloso, cobarde, inseguro, indiferente, autoritario, insensible, inmaduro, infiel, desleal, mentiroso, cruel, egoista, estúpido, impuntual, incumplido, traumado, irresponsable, egocentrico, susceptible, rencoroso, voluble, narcisista, e inestable.

Jamás me imaginé que sería tan difícil hacer esta lista y lamento la demora. Parece mucho pedir, pero analizenlo bien. Además solo son mis preferencias. Si en el amor uno decidiera, la vida sería más sencilla, pero menos interesante.

Taste in men by Placebo

21 feb 2010

Eye of the tiger

Febrero 14 del 2010, inicio del año Tigre de Metal. San Valentín. Centro Histórico de la Ciudad de México. Una loca vestida de seda roja come rollos agridulces y los baja con una lata de Jack Daniels sentada en los sucios escalones de un local cerrado en la Luis Moya. Plantada, de nuevo. Mis planes se fueron al diablo porque ninguno de mis cuatro amigos se dignó a aparecer, o llamar.

Supuestamente iríamos al Barrio Chino a celebrar y beber sake hasta arrastrarnos. Veríamos las presentaciones de artes marciales y la famosa Danza del Dragón. Por seguridad llamé a dos amigas por si nadie llegaba. Decidí irme sola y terminé vestida, alborotada y desagradablemente sobria entre una multitud que se aglomeraba en torno a puestos de feria (muy mexicanos, por cierto) y curiosidades vendidas por orientales que apenas dominaban el español en la calle Dolores.

Había farolillos rojos y dorados colgando sobre la gente, y por todos lados se veía la imagen del Tigre. El olor a comida china y el sonido de los tambores se extendían a las calles cercanas y la gente se abria paso a empujones para ver los trucos acrobáticos realizados sobre diversos escenarios. Pude ver de lejos, y no sin un par de rasguños, los coloridos dragones bailando gracias a la agilidad de los chinos vestidos de seda que saltaban encima de los hombros de sus compañeros, moviendo la enorme y hermosa botarga. Compré varios amuletos del felino para mi familia y un plato con calidad triple B (bueno, bonito y barato) de rollos agridulces y una lata de Jack mezclado con Ginger, nada más para consolarme por estar sola.

Después me encontré con Viridiana y su novio, fuimos al Salón Sol a beber y ponernos al corriente de lo que hicimos estos dos años sin vernos. Me la pasé bien. Caminamos un rato, nos tomamos fotos frente a Bellas Artes y se fueron. Después me enteré de que el buen Leches, después de llamar y que le dijera donde estaba, salió a buscarme, pero olvidó el celular y se la pasó como yo, vagando por las calles del centro, solo, en el día "mas romántico del año".

A pesar de que me dieron plantón de nuevo me la pasé muy bien. Disfruté incluso el estar sola tragando y moverme a donde quisiera. Y ni siquiera ver a Viri con su guapísimo novio pelirrojo (guau) me hizo sentir mal o desear tener a alguien. Mi galleta de la suerte decía que los malos tiempos se acabaron, que el futuro se ve prometedor. Espero que sea cierto, por que esta yegua de metal ya se cansó de los malos trotes.

P.D- Notese lo mamona de mi pose. Fue involuntaria, pero Viri me jode diciendo que es de Uma en Kill Bill.

Eye of the tiger by Chiara Mastroianni

10 feb 2010

Beast in Me

Lamento el retraso en la publicación de esta entrada. No me sentía bien.

Boy Interrupted es un documental hecho con videos caseros y entrevistas acerca de Evan, un chico con transtorno bipolar que se suicido en el 2005, a la edad de quince años. Fue realizado por su madre, quien grababa sus crisis para mostrarlas al psiquiatra. La historia de Evan me hizo revivir la mía. Esta entrada es mi manera de documentar la vida con una enfermedad mental. Quiero que la gente vea el infierno que en realidad es y dejen de pensar en la locura como algo genial y deseable. Esto no es el país de las maravillas, Kurt Cobain no es un santo. Es una vida confusa y muchas veces solitaria y aquellos que la admiran son unos ignorantes.

Así que ¿Que se siente vivir con algo así, cómo es la vida de quienes sufren locura? Cuando utilice la palabra locura me refiero a aquellos desordenes mentales que si bien no son tan graves para estar internado eternamente en un psiquiatrico babeando en una camisa de fuerza, tampoco son suficientemente leves para ignorarlos. Solo he tratado con profundidad a una persona en una condición similar a la mía, a quien agradezco su visión para esta entrada, Alejandro, cuyo blog les recomiendo a todo aquel que disfrute del mío, para conocer su perspectiva al respecto.

No se mucho de mi padecimiento, ya que los especialistas consideran que sería contraproducente que yo supiera el diagnostico. Mucha gente no cree que tenga un problema real y muchas veces, cuando estoy bien, yo también lo dudo. Empiezo a pensar que simplemente tengo problemas para manejar mis emociones, que soy impulsiva e inmadura, pero normal. Continúo tomando mis medicamentos, valproato de magnesio y sertralina, por hábito y presión materna, pero me parece inecesario. En esos momentos me permito soñar con una vida perfectamente normal.

La realidad siempre termina golpeandome. Ya ni siquiera puedo culpar a los cambios hormonales de la adolescencia (¡estoy envejeciendo!). Reviso la fecha de mi proximo periodo menstrual, sí, debe de ser eso, pero descubro que aún faltan un par de semanas. ¿Por que me siento así? No encuentro una respuesta satisfactoria. Nada ha cambiado a mi alrededor, es lo mismo que cuando estoy bien. ¿Por que, entonces, siento que el mundo se me encoje, que las esperanzas se marchitan, que me ahogo? Y, cuando al fin me encojo derrotada en mi cama, llorando cada noche hasta conciliar el sueño, Henry Jekyll regresa. Entonces me explico que todo fue una confusión, que debe haber una explicación, busco pretextos y decido no pensar más en ello. La vida me sonrie. ¿No te has preguntado, lector, por que mis entradas tienen esos cambios bruscos de humor? Seguramente crees que soy voluble. A veces yo también lo pienso.

¿Cuando empecé a enloquecer? Ya no estoy segura. Cuando tenía trece años me volví consciente de que no encajaba con los demás. Se juntaron mi depresión por la soledad con mi ardiente deseo de ser una escritora famosa. Mi desgracia era real, pero exagerada. La usaba para hacerme la interesante y de alguna forma llamar la atención. Pensaba que solamente enloqueciendo alcanzaría la inspiración fantastica de mis heroes. Fingía ataques maniaticos, exageraba todas mis emociones, llegué incluso a inducirme depresiones. Quería que los demás creyeran que estaba loca. Quería creermelo yo misma y al fin alcanzar el olimpo de los escritores desquiciados. Tal vez no estaba aún como ellos, pero diferente siempre fui, extraña, rara, inflamable. Pensé que no tenía nada de malo aprovecharme de mis desgracias.

Fingí tanto que empecé a creermelo. Ridiculamente falsifiqué intentos de suicidio para mi misma. Cada visita al psicologo me enorgullecía. Era una puberta brillante, culta e informada que lograba manipular los diagnosticos de esos chachareros. Aún no sé si yo los convencí realmente o algo no intencional los preocupo. Dormía toda la tarde, vivía en mi propio mundo de fantasías amorosas patéticas y solo encontrar el amor me importaba más que alcanzar la inmortalidad de la fama.

Cuando tuve mi primer novio y me enamoré perdidamente, dejé toda mi pose obscura y extraña para dedicarme a disfrutar de mi recién conquistada felicidad. ¿Quien necesita la gloria cuando ya está en el paraiso? Disfrutaba aun de ser la rara, pero ya no me interesaba fingir amargura o melancolía. Entonces ocurrió. Dentro de mí creció un recelo fatal. Celos carnivoros, desconfianza y paranoia. Hacía dramas intensos para manipular al amado, chantaje emocional,, violencia verbal. Fingía crisis respiratorias. La fatalidad fue que mi frustración ya no cabía en palabras y comenzó la violencia física, primero en empujones y quizá bofetadas novelescas, hasta llegar a mordidas, puñetazos, patadas y demás horrores. Despues de cada crisis yo terminaba llorando, a veces suplicando perdón, a veces manipulando todo para que el pareciera el culpable, dependiendo de la gravedad de la paliza. Pero siempre recurría a mi locura ficticia (o tal vez no) para justificarme. Decía que no sabía lo que hacía, que no era yo.

Esta es la primera vez que lo admito y espero que si él lo lee logre perdonarme. La verdad yo sabía lo que hacía. Estaba más conciente que nunca. Un sadismo inexplicable me invadía. Por cada pequeña ofensa yo quería hacerlo pagar, hacerle sentir el dolor que yo sentía. En mi cabeza tenía sentido. Yo debía domesticarlo, él me debía obediencia. El era ingenuo, yo astuta. Esa fue nuestra ruina. Muchas veces ofrecí disculpas sin sentirlo. Fue por él y las golpizas que empecé a ver a psiquiatras y neurologos. Que me hicieron estudios y empezaron a medicarme. Cuando se fue me dí cuenta de la gravedad de lo que hice, pero estaba tan mal que no logré actuar con madurez y el último recurso que encontré para recuperarlo fue la advertencia de mi suicidio. Esa noche me tragué alrededor de 300 pastillas. Me lavaron el estomago. Pasé meses enteros hundida. Me azotó el conocimiento de que lo que yo creí que era falsa locura era en real y terrible y al fín reconocí el valor de ese muchacho que yo consideraba debil. El arrepentimiento y la culpa duelen más que un lavado estomacal y sus secuelas perduran mucho más tiempo.
Comencé a buscar desesperadamente una salida al sufrimiento. Bebí de las aguas que juré nunca probar. Descubrí la dualidad que caracterizaba mis escritos y mi vida, conocí a Jekyll y a Hyde. Para ese momento yo ya sabía que el problema era real y que yo no tenía el control sobre él, que ya no era el juego de mi pubertad y que nunca supe cuando se me escapó de las manos o si acaso no tenian nada que ver y fue una infortunada coincidencia. En mi segunda relación cuidaba mis reacciones, fui atenta, respetuosa y considerada, pero no podía reprimir de vez en cuando mis demonios y la ira se alzaba como una pira funeraria. Lograba sofocarla con velocidad, pero a este novio no le bastaban mis disculpas ni mis explicaciones. El recuerdo de mis celos seguian claros en su memoria. Ya no confiaba en mí.

Fui un tiempo a Neuróticos Anónimos, no los aguanté, pero me enseñaron cosas muy importantes a las que todavía recurro cuando me siento muy mal. En la actualidad estoy soltera y pretendo seguir así mucho tiempo. Si en verdad me importa tanto el amor como digo, debo madurar y gozar mi vida sola y así sabré que la proxima vez no será por soledad, dependencia o idealismo. Si tengo un novio solo por tener uno seguro será alguien que no es el correcto para mí. Para llegar a Mr. Right debo parar de buscarlo y dejar que me encuentre. Además me he dado cuenta que saco lo peor de mí cuando tengo una relación y quiero tener paz durante un largo rato, hasta que aprenda a controlar mi inseguridad.

Muchos dirán que disfruto de ser rara, y puede que sea cierto, aunque ya sea por que me resigné a que no es algo que yo pueda cambiar y quizá mucho de mi rareza no tenga tanto que ver con mi locura. Me gusta ser original. Y sí, muchas veces digo en voz alta "Estoy loca" como esas niñas estúpidas que desean estarlo, pero los que me conocen entienden el sentido de estas palabras. Si todos insisten en llamarte "loca" o "puta" aunque no hayas hecho nada para merecerlo, decirlo con indiferencia les arruina la diversión.

Mi enfermedad me permite apreciar cosas que muchos dan por sentado y conmoverme profundamente por cosas insignificantes. Me causa dolor, me hace dudar de todos, mis amigos, mi familia, incluso de mi misma. Me hace odiarme, victimizarme y pasar semanas dandole vueltas a una tontería para buscar significados ocultos. Me confunde y me vuelve olvidadiza y descuidada. Me da la sensación de que olvido algo, de que falta algo importante, de que algo no esta bien. Tengo punzadas de panico de repente y a veces cuando escucho risas creo que se burlan de mí. Me acomplejo con mi aspecto o me pongo narcisista. Mi ego es frágil y exploto en llanto con facilidad. Constantemente me siento avergonzada y no tolero la humillación o la deslealtad. No tolero la frustración y soy metodica, obsesiva e impaciente. Me tomo muy personalmente que las personas no cumplan las promesas que me hacen. Soy inquisitiva y desconfiada. Generalmente me siento sola y no puedo evitar temer todo el tiempo que mis amigos me abandonarán. Estoy acostumbrada a la decepción, pero cada vez me vuelve más frágil. Mi enfermedad duele y representa un gran desafío para mí.

Escribo para purgar demonios, para encontrar paz, para aclarar mi mente. Escribo por que siento que mis palabras necesitan un envase, para recordar pensamientos del pasado. Escribo por que muchas veces no tengo nadie a quién contarle lo que siento. Escribo para salvar mi alma.

Beast in me by Johnny Cash

3 feb 2010

Big Man with a Gun

Advertencia: Contenido feminista. Si crees que se trata de lesbianas histéricas en busca de la supremacía sobre los hombres, deja de leer y regresa a tu caverna.

Macho A: El machismo es culpa de las mujeres
Macho B: Y de los homosexuales!!

La conversación anterior podria ser hilarante si no fuera por que en verdad la escuché, y una de esas afirmaciones la hizo alguien a quien respeto mucho intelectualmente.

"En una sociedad machista, todos son machistas, incluyendo a las mujeres y todos resultamos víctimas del mismo, incluyendo los hombres..." Así empieza la contraportada de "El Machismo Invisible" de Marina Castañeda. No se trata de una guerra entre los sexos, no se trata de vivir entre mujeres masculinas y hombres femeninos. Se trata de actitudes tan profundamente arraigadas en nuestra sociedad que ya ni somos conscientes de ellas. Creo que esta es la segunda vez que recomiendo una lectura y es curioso que la anterior fuera "Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus", pero la verdad considero el Machismo Invisible como una lectura obligada para comprender el origen y consecuencias reales de la desigualdad y desconfianza entre géneros.

El feminismo hoy es considerado obsoleto. Incluso las mujeres consideran vergonzoso ser feminista, como si las pusiera al mismo nivel que los machistas. Estan tan acostumbradas a sus derechos que no se detienen a pensar en como se lograron. Estan tan acostumbradas a sus limitaciones sociales que lo consideran normal. Se les ha vendido tanto lo supuestamente femenino que creen que eso es lo que quieren. La campaña para desprestigiar al feminismo ha sido un exito. Pareciera que ser feminista es sinónimo de odiar a los hombres. Con los hombres sucede algo parecido, algunos niegan (incluso sinceramente) ser machistas, pero frecuentemente caen en actitudes patanescas e incluso misóginas.

De todas las patanerías, la que me resulta mas perturbadora, por ser menos obvia es el machismo en la comunicación, el metamensaje. Ataques pasivo-agresivos emocionalmente agotadores.

El silencio no es una posición neutra, obliga al otro a llenar el hueco comunicativo. Cuando una persona enojada no lo verbaliza pero lo demuestra en gestos o tono de voz, el problema que inició siendo de esta termina volviendose el de la segunda, quién le pregunta si esta molesto y recibe un no por respuesta. Debe interpretar su verdadera intención si queremos continuar el intercambio y queda en una posición difícl. Es una dinámica de poder que nos obliga a "leerle el pensamiento". Es dejar todo el trabajo de la comunicación en una sola persona. La incongruencia comunicativa crea incertidumbre que generalmente favorece a una de las personas a expensas de la otra. Esta ambiguedad permite expresar poder sin hacerlo explicito y por tanto es dificil dar una contraréplica. Los hombres, especialmente en las relaciones sentimentales, tienden a utilizar el silencio como una expresión de poder o como castigo. La prerrogativa del mas fuerte.

En una dinámica grupal quien habla más es quién tiene mas poder, como ejemplo los hombres suelen hablar mientras que las mujeres facilitan su comunicación o se desplazan para no molestarlos con sus platicas "femeninas". La paradoja es que en la intimidad las mujeres hablan muchisimo más, pero no por eso tienen mas poder. El mas fuerte no es el que habla más, sino el que puede decidir cuando hacerlo y cuando no. La reticencia masculina para comunicarse con las mujeres no es una incapacidad biologica. Si no un hábito inconsciente la mayoría de las veces, la salida fácil, pereza por realizar un esfuerzo que si harían en presencia de otras personas. El clásico: "Es que no tengo nada que decir" es solo un pretexto barato. El silencio crea un abismo personal que puede resultar angustiante y generalmente es ella quien debe tratar de cruzarlo. Para detalles, revisen mi experiencia sobre esto.

La misma dinámica se aplica cuando la persona dominante restringe el dialogo imponiendo sus condiciones con frases como: "No voy a hablar de eso mientras estes así", "No voy a discutir eso ahora" o "No quiero que andes ventilando nuestra vida personal".

También me llamo la atención el macho-manejo del "Es que yo soy así..." como respuesta a cualquier reclamo en una relación. Implica en primer lugar: "Es tu problema, adáptate", en segundo lugar el argumento irrebatible de: "No puedes exigirme que cambie mi manera de ser" y en tercer lugar la amenaza implícita de "Si no te gusta, vete". Puede parecer muy lógico, pero recordemos que una relación requiere de dialogo y negociación.

Para quienes lleven algún tiempo leyendo mi blog resultará muy claro el porqué estas actitudes me parecen tan aterradoras. Pero no se confundan, lectores, no digo que la culpa sea de los hombres, ni que todos sean machistas, solo que muchas veces, tanto hombres como mujeres, nos vemos arrastrados a ese problema social que es el machismo y nos perjudica mucho a todos.

Big Man with a Gun by Nine Inch Nails