21 feb 2010

Eye of the tiger

Febrero 14 del 2010, inicio del año Tigre de Metal. San Valentín. Centro Histórico de la Ciudad de México. Una loca vestida de seda roja come rollos agridulces y los baja con una lata de Jack Daniels sentada en los sucios escalones de un local cerrado en la Luis Moya. Plantada, de nuevo. Mis planes se fueron al diablo porque ninguno de mis cuatro amigos se dignó a aparecer, o llamar.

Supuestamente iríamos al Barrio Chino a celebrar y beber sake hasta arrastrarnos. Veríamos las presentaciones de artes marciales y la famosa Danza del Dragón. Por seguridad llamé a dos amigas por si nadie llegaba. Decidí irme sola y terminé vestida, alborotada y desagradablemente sobria entre una multitud que se aglomeraba en torno a puestos de feria (muy mexicanos, por cierto) y curiosidades vendidas por orientales que apenas dominaban el español en la calle Dolores.

Había farolillos rojos y dorados colgando sobre la gente, y por todos lados se veía la imagen del Tigre. El olor a comida china y el sonido de los tambores se extendían a las calles cercanas y la gente se abria paso a empujones para ver los trucos acrobáticos realizados sobre diversos escenarios. Pude ver de lejos, y no sin un par de rasguños, los coloridos dragones bailando gracias a la agilidad de los chinos vestidos de seda que saltaban encima de los hombros de sus compañeros, moviendo la enorme y hermosa botarga. Compré varios amuletos del felino para mi familia y un plato con calidad triple B (bueno, bonito y barato) de rollos agridulces y una lata de Jack mezclado con Ginger, nada más para consolarme por estar sola.

Después me encontré con Viridiana y su novio, fuimos al Salón Sol a beber y ponernos al corriente de lo que hicimos estos dos años sin vernos. Me la pasé bien. Caminamos un rato, nos tomamos fotos frente a Bellas Artes y se fueron. Después me enteré de que el buen Leches, después de llamar y que le dijera donde estaba, salió a buscarme, pero olvidó el celular y se la pasó como yo, vagando por las calles del centro, solo, en el día "mas romántico del año".

A pesar de que me dieron plantón de nuevo me la pasé muy bien. Disfruté incluso el estar sola tragando y moverme a donde quisiera. Y ni siquiera ver a Viri con su guapísimo novio pelirrojo (guau) me hizo sentir mal o desear tener a alguien. Mi galleta de la suerte decía que los malos tiempos se acabaron, que el futuro se ve prometedor. Espero que sea cierto, por que esta yegua de metal ya se cansó de los malos trotes.

P.D- Notese lo mamona de mi pose. Fue involuntaria, pero Viri me jode diciendo que es de Uma en Kill Bill.

Eye of the tiger by Chiara Mastroianni

1 comentario:

rotten dijo...

hace mucho que no celebro esa fecha, que la verdad hasta se me olvida, no me extraña que hayas pasado muy bien el día tu sola, eso es muy bueno, disfrutar las cosas sin necesidad de los demas, digo, ir con amigos es muy agradable, pero a veces es bueno tambien estar solo para apreciar las cosas.