10 feb 2010

Beast in Me

Lamento el retraso en la publicación de esta entrada. No me sentía bien.

Boy Interrupted es un documental hecho con videos caseros y entrevistas acerca de Evan, un chico con transtorno bipolar que se suicido en el 2005, a la edad de quince años. Fue realizado por su madre, quien grababa sus crisis para mostrarlas al psiquiatra. La historia de Evan me hizo revivir la mía. Esta entrada es mi manera de documentar la vida con una enfermedad mental. Quiero que la gente vea el infierno que en realidad es y dejen de pensar en la locura como algo genial y deseable. Esto no es el país de las maravillas, Kurt Cobain no es un santo. Es una vida confusa y muchas veces solitaria y aquellos que la admiran son unos ignorantes.

Así que ¿Que se siente vivir con algo así, cómo es la vida de quienes sufren locura? Cuando utilice la palabra locura me refiero a aquellos desordenes mentales que si bien no son tan graves para estar internado eternamente en un psiquiatrico babeando en una camisa de fuerza, tampoco son suficientemente leves para ignorarlos. Solo he tratado con profundidad a una persona en una condición similar a la mía, a quien agradezco su visión para esta entrada, Alejandro, cuyo blog les recomiendo a todo aquel que disfrute del mío, para conocer su perspectiva al respecto.

No se mucho de mi padecimiento, ya que los especialistas consideran que sería contraproducente que yo supiera el diagnostico. Mucha gente no cree que tenga un problema real y muchas veces, cuando estoy bien, yo también lo dudo. Empiezo a pensar que simplemente tengo problemas para manejar mis emociones, que soy impulsiva e inmadura, pero normal. Continúo tomando mis medicamentos, valproato de magnesio y sertralina, por hábito y presión materna, pero me parece inecesario. En esos momentos me permito soñar con una vida perfectamente normal.

La realidad siempre termina golpeandome. Ya ni siquiera puedo culpar a los cambios hormonales de la adolescencia (¡estoy envejeciendo!). Reviso la fecha de mi proximo periodo menstrual, sí, debe de ser eso, pero descubro que aún faltan un par de semanas. ¿Por que me siento así? No encuentro una respuesta satisfactoria. Nada ha cambiado a mi alrededor, es lo mismo que cuando estoy bien. ¿Por que, entonces, siento que el mundo se me encoje, que las esperanzas se marchitan, que me ahogo? Y, cuando al fin me encojo derrotada en mi cama, llorando cada noche hasta conciliar el sueño, Henry Jekyll regresa. Entonces me explico que todo fue una confusión, que debe haber una explicación, busco pretextos y decido no pensar más en ello. La vida me sonrie. ¿No te has preguntado, lector, por que mis entradas tienen esos cambios bruscos de humor? Seguramente crees que soy voluble. A veces yo también lo pienso.

¿Cuando empecé a enloquecer? Ya no estoy segura. Cuando tenía trece años me volví consciente de que no encajaba con los demás. Se juntaron mi depresión por la soledad con mi ardiente deseo de ser una escritora famosa. Mi desgracia era real, pero exagerada. La usaba para hacerme la interesante y de alguna forma llamar la atención. Pensaba que solamente enloqueciendo alcanzaría la inspiración fantastica de mis heroes. Fingía ataques maniaticos, exageraba todas mis emociones, llegué incluso a inducirme depresiones. Quería que los demás creyeran que estaba loca. Quería creermelo yo misma y al fin alcanzar el olimpo de los escritores desquiciados. Tal vez no estaba aún como ellos, pero diferente siempre fui, extraña, rara, inflamable. Pensé que no tenía nada de malo aprovecharme de mis desgracias.

Fingí tanto que empecé a creermelo. Ridiculamente falsifiqué intentos de suicidio para mi misma. Cada visita al psicologo me enorgullecía. Era una puberta brillante, culta e informada que lograba manipular los diagnosticos de esos chachareros. Aún no sé si yo los convencí realmente o algo no intencional los preocupo. Dormía toda la tarde, vivía en mi propio mundo de fantasías amorosas patéticas y solo encontrar el amor me importaba más que alcanzar la inmortalidad de la fama.

Cuando tuve mi primer novio y me enamoré perdidamente, dejé toda mi pose obscura y extraña para dedicarme a disfrutar de mi recién conquistada felicidad. ¿Quien necesita la gloria cuando ya está en el paraiso? Disfrutaba aun de ser la rara, pero ya no me interesaba fingir amargura o melancolía. Entonces ocurrió. Dentro de mí creció un recelo fatal. Celos carnivoros, desconfianza y paranoia. Hacía dramas intensos para manipular al amado, chantaje emocional,, violencia verbal. Fingía crisis respiratorias. La fatalidad fue que mi frustración ya no cabía en palabras y comenzó la violencia física, primero en empujones y quizá bofetadas novelescas, hasta llegar a mordidas, puñetazos, patadas y demás horrores. Despues de cada crisis yo terminaba llorando, a veces suplicando perdón, a veces manipulando todo para que el pareciera el culpable, dependiendo de la gravedad de la paliza. Pero siempre recurría a mi locura ficticia (o tal vez no) para justificarme. Decía que no sabía lo que hacía, que no era yo.

Esta es la primera vez que lo admito y espero que si él lo lee logre perdonarme. La verdad yo sabía lo que hacía. Estaba más conciente que nunca. Un sadismo inexplicable me invadía. Por cada pequeña ofensa yo quería hacerlo pagar, hacerle sentir el dolor que yo sentía. En mi cabeza tenía sentido. Yo debía domesticarlo, él me debía obediencia. El era ingenuo, yo astuta. Esa fue nuestra ruina. Muchas veces ofrecí disculpas sin sentirlo. Fue por él y las golpizas que empecé a ver a psiquiatras y neurologos. Que me hicieron estudios y empezaron a medicarme. Cuando se fue me dí cuenta de la gravedad de lo que hice, pero estaba tan mal que no logré actuar con madurez y el último recurso que encontré para recuperarlo fue la advertencia de mi suicidio. Esa noche me tragué alrededor de 300 pastillas. Me lavaron el estomago. Pasé meses enteros hundida. Me azotó el conocimiento de que lo que yo creí que era falsa locura era en real y terrible y al fín reconocí el valor de ese muchacho que yo consideraba debil. El arrepentimiento y la culpa duelen más que un lavado estomacal y sus secuelas perduran mucho más tiempo.
Comencé a buscar desesperadamente una salida al sufrimiento. Bebí de las aguas que juré nunca probar. Descubrí la dualidad que caracterizaba mis escritos y mi vida, conocí a Jekyll y a Hyde. Para ese momento yo ya sabía que el problema era real y que yo no tenía el control sobre él, que ya no era el juego de mi pubertad y que nunca supe cuando se me escapó de las manos o si acaso no tenian nada que ver y fue una infortunada coincidencia. En mi segunda relación cuidaba mis reacciones, fui atenta, respetuosa y considerada, pero no podía reprimir de vez en cuando mis demonios y la ira se alzaba como una pira funeraria. Lograba sofocarla con velocidad, pero a este novio no le bastaban mis disculpas ni mis explicaciones. El recuerdo de mis celos seguian claros en su memoria. Ya no confiaba en mí.

Fui un tiempo a Neuróticos Anónimos, no los aguanté, pero me enseñaron cosas muy importantes a las que todavía recurro cuando me siento muy mal. En la actualidad estoy soltera y pretendo seguir así mucho tiempo. Si en verdad me importa tanto el amor como digo, debo madurar y gozar mi vida sola y así sabré que la proxima vez no será por soledad, dependencia o idealismo. Si tengo un novio solo por tener uno seguro será alguien que no es el correcto para mí. Para llegar a Mr. Right debo parar de buscarlo y dejar que me encuentre. Además me he dado cuenta que saco lo peor de mí cuando tengo una relación y quiero tener paz durante un largo rato, hasta que aprenda a controlar mi inseguridad.

Muchos dirán que disfruto de ser rara, y puede que sea cierto, aunque ya sea por que me resigné a que no es algo que yo pueda cambiar y quizá mucho de mi rareza no tenga tanto que ver con mi locura. Me gusta ser original. Y sí, muchas veces digo en voz alta "Estoy loca" como esas niñas estúpidas que desean estarlo, pero los que me conocen entienden el sentido de estas palabras. Si todos insisten en llamarte "loca" o "puta" aunque no hayas hecho nada para merecerlo, decirlo con indiferencia les arruina la diversión.

Mi enfermedad me permite apreciar cosas que muchos dan por sentado y conmoverme profundamente por cosas insignificantes. Me causa dolor, me hace dudar de todos, mis amigos, mi familia, incluso de mi misma. Me hace odiarme, victimizarme y pasar semanas dandole vueltas a una tontería para buscar significados ocultos. Me confunde y me vuelve olvidadiza y descuidada. Me da la sensación de que olvido algo, de que falta algo importante, de que algo no esta bien. Tengo punzadas de panico de repente y a veces cuando escucho risas creo que se burlan de mí. Me acomplejo con mi aspecto o me pongo narcisista. Mi ego es frágil y exploto en llanto con facilidad. Constantemente me siento avergonzada y no tolero la humillación o la deslealtad. No tolero la frustración y soy metodica, obsesiva e impaciente. Me tomo muy personalmente que las personas no cumplan las promesas que me hacen. Soy inquisitiva y desconfiada. Generalmente me siento sola y no puedo evitar temer todo el tiempo que mis amigos me abandonarán. Estoy acostumbrada a la decepción, pero cada vez me vuelve más frágil. Mi enfermedad duele y representa un gran desafío para mí.

Escribo para purgar demonios, para encontrar paz, para aclarar mi mente. Escribo por que siento que mis palabras necesitan un envase, para recordar pensamientos del pasado. Escribo por que muchas veces no tengo nadie a quién contarle lo que siento. Escribo para salvar mi alma.

Beast in me by Johnny Cash

3 comentarios:

Little Lotte dijo...

wow!, quisiera disculparme de todo corazón si en algún momento yo he hecho algun comentario, gesto o algo asi que te haya molestado o te haya incomodado, puedo jurarte que si asi fué esa no era mi intención; apartir de hoy pienso diferente de ti, no lo mal interpretes, simplemente me doy cuenta que eres una persona injuzgablemente muy fuerte, te admiro de verdad Andrea, se que soy mas chica que tu e incluso soy una chica algo tonta e inmadura pero si alguna vez necesitas que alguien te escuche yo puedo hacerlo, no te dare los mejores consejos e incluso tal vez no sepa ni que decir pero creeme, te escuchare con mucho gusto... eso si! por favor no dejes de escribir, tu blog es como el libro que nadie deveria dejar de leer antes de morir... algo exagerado? posiblemente, pero es cierto.

Vicart dijo...

*Pues solo te quería decir las últimas entradas en tu blog son geniales la forma en que escribes me ha puesto a pensar muchas cosas acerca de las chicas, pues es que tú eres la onda y pues si e leído a muchas mujeres en libros pero pues me gusta como escribes tú, la verdad soy tu fan espero que sigas así

Alzirr Mortis Vyktor dijo...

Es dificil no trazar paralelos entre una historia asi y la historia propia. Entiendo tu sentir y tus variaciones porque las he vivido. No iguales, por supuesto, cada loco siente diferente, pero se como es, y llega a ser dificil. Por supuesto, bellamente escrito, como es de esperar de ti.