"Compra discos, lee biografías de músicos, colecciona programas de mano. Por sus venas circula música. Y muchas veces ama aún más la música que los propios músicos. Pero llora en vez de tocar." El melómano. Eusebio Ruvalcaba.
A veces me siento Salieri. Es como si mi vida se fuera en sueños. A ver y poder apreciar con dolorosa claridad como se eleva el talento ajeno. Mediocridad y envidia, el veneno que me paraliza. Un temor que me impide hacer las cosas. Potencial malgastado; una mera idea de lo que podría ser, buena pero no lo suficiente.
Hay días en los que me cuesta trabajo existir. Mi cerebro tiene una manera extraña de funcionar y me cuesta trabajo separar el pasado, el presente y el futuro. Días asfixiantes en los que tantas cosas pasan por mi mente que me cuesta trabajo seguir el ritmo. Como fumar marihuana sin la tranquilidad y pasividad que la caracteriza. Días en los que siento que todo va en camara rápida cuando en realidad permanezco inmovil durante horas, mirando la pantalla de esta computadora.
Me siento terriblemente vieja, me cuesta entender porqué siento esta necesidad terrible de contar todas mis historias, preservarlas, como si todo fuera demasiado efímero, como si la muerte o el olvido se cirnieran sobre mí. Este es mi infierno Kafkiano.
Es difícil vivir con la obsesión compulsión; la ansiedad constante y el miedo injustificado. Soy una narcisista insegura, una egolatra con complejo de inferioridad. Una contradiccón, una negación de mi misma, una incoherencia de persona. Me erigiría un monumento para después arrojarle huevos.
Me alimento solo de recuerdos y sueños, dejando que la realidad fluya a mi alrededor porque es insoportable el fracaso. Vivo en el exceso y la autocensura. Soy prisionera de mi psique. Estoy atrapada entre la locura y la sanidad, parada sobre la línea que me impide definirme.
Quiero ser escritora, pero me da miedo escribir. Me da miedo encararme con la página en blanco. Solo cuando ya no puedo más me permito estos escapes culposos, esta explosión de fatalidad liberadora.
Mi vida es caótica, tanto mi habitación, como mis pensamientos y mis trabajos escolares (los que hice). A pesar de eso me describo como perfeccionista y fanática del orden. La incapacidad de clasificar todo me frustra a tal punto que me paraliza. Me abruma la perspectiva.
Creo firmemente que no tengo imaginación ni capacidad creativa. Que todo se limita a (mal) memorizar cosas. Solo soy un collage del mundo. Fetichista al extremo, coleccionista. Acaparadora patológica.
Escoger es casi imposible, lo quiero todo, no puedo soltar, no puedo dejar de pensar en eso. Escribir aquí me libera increiblemente y al mismo tiempo me asusta. Siento mucha presión, no solo con ustedes, que me leen, sino conmigo. Soy mi crítica mas cruel.
Sentirme dispersa me aterra, perder las cosas (físicas o no) me pone físicamente enferma. Siento que desaparezco. Yo soy mis cosas y mis cosas son yo. Pierdo el hilo de mi vida. No me puedo concentrar.
Debo expresar cuanto pienso, siento o vivo muchas veces, guardarlo en la memoria colectiva de quienes me quieren, plasmarlo donde permanezca para futuras consultas. Anoto todo, pues no recordar una fecha importante, un gesto, un algo, es una pesadilla para mí. Tengo que saber que hay un respaldo de mi memoria, solo así estoy (semi) tranquila.
Hay tanto que quiero decir, tanto que quiero comunicar y a la vez estoy seca. No puedo crear nada por mi cuenta y eso me deprime, me derrumba por completo.
Luego leeré esto, no sé como me hará sentir. Tengo muchísimos cuadernos de mi infancia y adolescencia en los que describo exactamente la misma sensación. La sensación de que soy dos personas, de que voy de un extremo a otro, de que no se reconocer quien soy yo entre tantas voces.
Espero poder escribir con más claridad en un rato. Espero que entiendan mis ideas fragmentadas y comprendan la intención detrás de todo esto. Tengo muchas cosas en la cabeza, mucho que contarles, pero no logro ponerles orden.
Ojalá mis palabras sirvan al menos para hacer compañía a quienes se sientan igual, a la deriva, con un fuego ardiendo en sus pechos.
Teenage Angst by Placebo
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5 comentarios:
No eres la única me siento igual, muchas veces solo aunque este acompañado, no eres la única,
Ojála pronto puedas solo vivir el hoy y el ahora recordando tu pasado sin eclipsarte o torturarte con el, idealizando tu futuro sin obsesionarte con el... Ojála pronto se arreglen todos tus pensamientos y/o confusiones, disfruta y solo eso, lo que dejaste pasar ya se fué, lo que has hecho no hay mas, ya lo hiciste. Aún te quedan cosas por hacer y si quieres hacerlas bien no olvides que tienes que plantar bien los cimientos, entonces, Disfruta el hoy, con lo que tienes y mas aun con lo que eres, porque eres una persona maravillosamente completa en todo el sentido de la palabra.
que onda wue no mams nos tenemos que ver hace un chingo que no nos vemos, vas a estar este sabado en tu casa?, para darme un roll por ahi.
Creo que todos vivimos en una especie de sopor donde conviven pasado, presente y futuro, solo que el pasado a veces pesa como el plomo, el presente se evapora como el éter y el futuro es como una telaraña, basta con darle un jalón para destrozarlo y tener que iniciar de nuevo. A veces es difícil encontrar un equilibrio, a veces todo gira sobre un punto justo sobre nuestra cabeza y nos aturde. La vida a veces es así. La memoria a veces es como el ácido, nos corroe, nos carcome lentamente, inexorable y si nos dejamos caer se convierte en una ola que nos arrastra. Creo que hoy es uno de esos días en lo que la realidad me cae de golpe, es uno de esos días en los desería poder decir que soy felíz.
Usted se parece a mí.
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